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Cacaloxoxhitl

Sak Nikté

sak: blanca; nikté: flor

 

La flora mexicana, es el don provocador de los sentimientos poéticos de esta nación, desde sus orígenes mesoamericanos, donde se acuña la frase in xochitl, in cuicatl, flor y canto para definir a la palabra poesía, lo que indica la interrelación que existe entre las emociones de la vida con la naturaleza. Es así que el binomio naturaleza y poesía dan pauta a una leyenda del sureste mexicano que involucra al pueblo de los Itzaes..
La historia de la Plumeria rubra L., nace de la leyenda en la tierra del Ma’ya’ab, acontecimiento personificada por la Doncella Sak Nikté, flor blanca, hija de Hunacc Ceel, Señor de los cocomes de Mayapán, que al cumplir sus primeros cinco años, su bondad se vio manifiesta cuando a un fatigado caminante le ofreció una jícara de agua fresca, después de satisfacer su sed, deposito la jícara sobre la blanca tierra donde nació aromática flor que ahora conocemos como Flor de Mayo, entre otros muchos nombres.
Estos acontecimientos son el inicio de una narrativa que desemboca en episodios de amor y guerra: Se cuenta que en tierras del Ma’ya’ab, se había formado la Mayapán, integrada por Uxmal, Chichén Itzá y el propio Mayapán, sus gobernantes habían decidido vivir en concordia para el bienestar de sus pueblos, sin embargo sucedió un hecho que transformo el rumbo de la historia.
El acontecimiento referido fue que en la región de los Itzaes, donde el joven Kaan Ek, la Serpiente negra, cumplió tres veces siete años y debía asumir la dirección del gobierno, para tal fin se convoco a las demás naciones de la Liga a festejar tan relevante acontecimiento, como era de suponerse asistieron los altos dignatarios aliados, los cuales ofrendaron exquisitos presentes al nuevo dignatario sin faltar indudablemente las flores.
Entre los invitados el Señor de Mayapán, llevo a su hija Sak Nikté, flor blanca, la joven doncella de escasos 15 años era una hermosa mujer de piel morena y ojos obscuros que cautivo al joven Kaan Ek, con solo entrecruzar una centellante mirada y de esta forma quedar eternamente enamorados y fue así que el joven Serpiente negra perdió el sosiego.
Pudiéramos pensar que el inconveniente tendría una solución sencilla, sin embargo el problema era magnitud insospechada, ya que Sak Nikté, hija del poderoso Señor de Mayapán, estaba comprometida en casamiento con el joven Ulil, príncipe heredero del reino de Uxmal.
La fecha del compromiso de Sak Nikté con el joven Ulil, se acercaba irremediablemente, para tal fin Kaan Ek fue invitado, como correspondía a su linaje, absorto en sus pensamientos, una noche meditaba sobre el acontecimiento, cuando de repente escucha la t’aan, t’aanil “la palabra” de un anciano que le decía, la flor está esperando entre las hojas frescas ¿has de dejar que otro la arranque para él?. Sin pensarlo más decidió ir a rescatar al amor de su vida, escogió a un pequeño grupo de excelentes guerreros y se dirigió al recinto donde se efectuaba el compromiso nupcial, tomando en brazos a la flor blanca la substrajo de inmediato ante la vista atónita del joven Ulil, antes de que pudieran reaccionar ante tal acontecimiento, Kaan Ek, el guerrero enamorado, se encontraba en la espesura de la selva para no volverlo a ver nunca jamás
Se dice que los ejércitos de Mayapán y Uxmal entraron a la ciudad de Chichén Itzá, sin encontrar un solo habitante, tal fue su frustración y cólera que incendiaron y destruyeron el lugar y es así que desde ese momento la ciudad quedo desierta hasta nuestros días.
Kaan Ek y Sak Nikté, partieron al sur a la isla de Tah Itzá, en el lago de Peten Itzá, estableciéndose en ese lugar con su pueblo los itzaes, isla que lleva actualmente el nombre De las Flores.
*La leyenda completa “Chichén-Itzá y la princesa Sac-Nikté”, se podrá encontrar en el libro La tierra del faisán y del venado, del poeta  mexicano Antonio Mediz Bolio,