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Hierba de las nubes

Tagetes lucida Cv.

Yauhtli–yiauhtli, áureas flores del ruderal de arcaicos atributos solares, flores implícitas en la constelación del Señor del vino de la tierra, Tlaloc, ( tlalli, tierra octli, vino, licor), creador  del agua divinizada, del viento y el rayo, la lluvia y los movimientos telúricos, fecundador de la Madre Tierra, progenitor de vida que resguarda los cantaros azules continentes del agua preciosa en las brumosas montañas. Yauhtli–yiauhtli, ofrenda sublime para honrar al Señor del agua celeste.

Yauhtli–yiauhtli, transformada en polvo divino para ser esparcido a los pies de los dioses y en el rostro de los sacrificados. Combustible ritual en comunión con el copal de los incensarios, productores del aromático vaho celestial que se encumbra hasta lograr la comunicación directa con las intangibles divinidades del agua, en especial con Tlaloc.

Yauhtli–yiauhtli, de tus flores emergía la tintura amarilla para colorear la piel y el rostros de los guerreros y del pueblo en sus días festivos, a los dioses y sus figurillas femeninas, así como a los tiernos granos de elote y a el pulque octli bebida divina, disfrute de los tlatoanis, ancianos y mujeres recién paridas.

Yauhtli–yiauhtli flores en intima convivencia con la milpa, indivisible unión de rutilantes flores y doradas mazorcas sazonadas por el sol, tiempos paralelos para la ofrenda y el sustento alimentario, ciclo ancestral donde el hombre es participe del binomio tlaolli-yauhtli–yiauhtli.

Yauhtl –yiauhtli, con tus flores hechas cruz proteges los campos de cultivo, las casas, los negocios y a tus creyentes por todo un año, adornas profusamente la capilla de San miguel Arcángel que lucho contra el demonio sobre un campo cubierto de flores de pericón saliendo victorioso, por tal motivo se festeja a San Miguel el 29 de septiembre en Tepoztlan, Morelos, claro esta no antes de haber convivido el día anterior junto a los campos de cultivo una elotada, hervidos con tus amarillas flores, festejando la buena cosecha del año,

Yauhtl –yiauhtli, ofrendas tus raíz etimológica al pueblo Tlahuica y le das nombre a la población de Yautepec, el cerro del maíz negro, según lo define Don Antonio Peñafiel en su obra Nomenclatura Geográfica de México, en la actualidad se identifica a este municipio de Morelos como el cerro del pericón en lengua castellana.

Yauhtli–yiauhtli palabra de origen nahuatl de etimología no concluyente, debido a las variaciones interpretativas de diferentes estudiosos del tema como se verifica en el párrafo anterior y de los historiadores mexicanos Ángel María Garibay que la define como verde obscuro, purpúreo y Alfredo López Austin la da la connotación de solo obscuro. Tendremos que retroceder el tiempo para observar la interpretación que le da al término el Protomédico español Francisco Hernández en su obra Historia natural de la Nueva España, realizada durante su estancia en nuestro territorio durante los años de 1574-1577, donde la especifica como la Hierba de las nubes, hasta cierto punto comprobada esta definición por el Vocabulario en lengua castellana y mexicana compuesto por el muy Reverendo Padre Fray Alonso de Molina 1571, hacer niebla ó neblina, ayauhtimani mixtecomac tlayuhuatimani, y por Gran Diccionario Náhuatl [en línea]. UNAM, que la define como niebla.